Ciudad Pegaso

Aproximación socio urbanística de Ciudad Pegaso

Ciudad Pegaso: armonía, autarquía y control social.
Ciudad PegasoCiudad Pegaso surge en 1956 bajo el criterio de proporcionar vivienda en régimen de alquiler a los trabajadores de la factoría de Madrid de la Empresa Nacional de Autocamiones fabricante de los vehículos Pegaso que cumplieran con determinados requisitos familiares y de antigüedad.
No podemos analizar el hecho urbanístico de Ciudad Pegaso sin tener en cuenta ciertas consideraciones teóricas de partida. En este sentido, los usos del espacio y su relación con la ciudad dependen del modo de producción conceptualizado como un complejo que incluye los medios de producción y las relaciones sociales y también ciertas construcciones mentales y estilos de relación entendidos en su sentido más amplio. En cuanto a los procesos de planificación urbanística, desde que existen, ni han hecho nunca ni podrán hacer otra cosa que prestar coherencia técnica e ideológica al modo de producción imperante. En este sentido, Ciudad Pegaso como red urbana planificada constituye un ejemplo y responde a los condicionantes de una época
Desde su configuración urbana y desde la tipología de las viviendas y construcciones complementarias se aprecia la ideología dominante del momento histórico de creación. La perspectiva urbanística del nacional-sindicalismo impone un diseño acorde con el pensamiento ya definido tempranamente por las jerarquías del Movimiento en el año 1938 durante una reunión de arquitectos en Burgos liderados por Pedro Muguruza, arquitecto huido de zona republicana e incorporado al Estado Mayor de Franco, quien le encargó la reorganización de la arquitectura nacional, objetivo de este encuentro de arquitectos patrocinado por Falange. En esta reunión se trataron temas relacionados con la arquitectura y el urbanismo de cara al momento de la reconstrucción, entre ellos la problemática de la "vivienda humilde". En las palabras del discurso de clausura, el líder falangista Raimundo Fernández Cuesta abogaba por construir "hogares" frente a edificios, definiendo la casa como "el centro de expansión del espíritu, el marco que encuadra la familia". Fernández Cuesta esbozaba algunos de los principios y valores que debían regir la ciudad ideal que sueña el falangismo, "la ciudad del Movimiento", elementos que el falangismo intentará promover, sin éxito, en la futura política franquista (pues chocarán con otras "familias" políticas): "... no construir barriadas obreras aisladas que no es otra cosa que llevar la diferenciación de clases a la arquitectura, construyendo edificios que parecen tener la finalidad de hacer resaltar la diferencia de los seres que en ella habitan respecto de los demás. Cuando el ideal sería que en los distintos pisos de una misma casa pudieran habitar, indistintamente, personas de distinto rango social."
Esta idea de la superación de la lucha de clases forma parte del manifiesto teórico que configuraban los llamados 26 puntos de Falange, y que Franco convirtió en norma programática del Estado tras el Decreto de Unificación entre falangistas y tradicionalistas de abril de 1937:
11. El Estado nacional-sindicalista no se inhibirá cruelmente de las luchas económicas entre los hombres, ni asistirá impasible a la dominación de la clase más débil por la más fuerte. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clases, por cuanto todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica.
El diseño urbano de Ciudad Pegaso responde a un concepto de unidad orgánica autárquica donde, a falta de patrones y obreros viviendo en armonía, aparece una ordenación por categorías dependiendo de la situación socio-profesional que cada arrendatario ocupe en el organigrama de la empresa. De tal manera, aparecen tres tipologías básicas de viviendas
Viviendas destinadas a directivos
Formadas por casas unifamiliares exentas con jardín propio y entrada independiente. Presentan una localización diferenciada y aislada en la trama urbana.
Viviendas destinadas a mandos intermedios
(Ingenieros Técnicos, peritos). Formada por casas adosadas y pareadas de dos alturas con jardín propio y entrada independiente. Presenta dos clases diferentes de construcción y localización en la trama urbana.
Viviendas destinadas al resto de categorías
Se trata de pisos en bloques en altura. Se distinguen cuatro tipologías básicas diferentes

La diferenciación habitacional por estatus de sus ocupantes llega a ser extrema en la localización sobre el plano, apreciándose en los inicios de la creación del barrio en 1956, cuando se entregan las primeras 571 viviendas correspondientes a la primera fase, tres zonas claramente separadas tal y como se aprecia en la foto aérea
Ciudad Pegaso: modelo de poblado industrial
La principal característica de la urbanización es, como ha quedado dicho anteriormente, la distribución espacial de la población del barrio atendiendo a rasgos definidos por el estatus laboral.
Un primer acercamiento teórico a esta realidad lo encontramos en la lectura de la obra de Charles Fourier fundador de la escuela de economistas reformadores, llamada Societaria o Falansteriana. Este autor, nacido en Besanzon el 7 de abril de 1772 y muerto en París en 1837, atrajo las críticas de Engels que lo clasificó, junto con Owen y Saint-Simón, entre los "socialistas utópicos". Propone que la sociedad se organice a partir de unas células básicas llamadas falansterios, en las que vivirían falanges formadas por 1.620 hombres. Los falansterios consistirían en un edificio común rodeado por tierras de labor. La propiedad de los falansterios tendría la forma de sociedad anónima. Las rentas se repartirían entre el capital (4/12), el trabajo (5/12) y la dirección científico-técnica (3/12).
Un segundo aspecto a tener en cuenta en nuestro análisis es la tradición urbanística de las viviendas para trabajadores que a finales del siglo XIX y principios del XX fueron construidas por las empresas industriales en forma de poblados recogiendo una iniciativa establecida en una Europa ya plenamente industrializada. Esta tradición ligada al pragmatismo y paternalismo empresarial, queda también impregnada por los movimientos y ejemplos utópicos de la progresía empresarial. Todo ello ha dejado en algunas partes de España un patrimonio de vivienda social con algunos poblados modelo de arquitectura especialmente interesante como La Felguera en Langreo, que influiría notablemente en la consolidación de programas y proyectos posteriores de vivienda de promoción pública, directa e indirecta. Concretamente tiempo después, cuando la factoría de ENASA de Madrid incorpora una dotación importante de vivienda para sus empleados, directivos y masa de trabajadores siguiendo el ejemplo de proyectos similares de ENSIDESA en Avilés (Llaranes) o de la Empresa Nacional Calvo Sotelo (después Empresa Nacional del Petróleo, REPSOL) en Puertollano.
Otro ejemplo paradigmático fuera de nuestras fronteras de ciudad industrial creada ex novo lo representa Wolfsburg para Alemania y la empresa Volkswagen. Su planificación fue encargada por el arquitecto de Hitler, Albert Speer, al joven austriaco Peter Koller. Cuando se suspendieron los trabajos de construcción en el año 1942, sólo se habían llegado a erigir algunos fragmentos del proyecto. Sin embargo, en la actualidad sus rasgos esenciales siguen siendo claramente discernibles: el trazado anular de las principales arterias de comunicación; el eje norte-sur, que abre un cortafuego visual a través del casco urbano desde el palacio renacentista situado al norte (al que la ciudad debe su nombre) hasta el mítico Bosque Alemán, al sur. Pero, sobre todo, llama la atención la estricta separación de la fábrica y la ciudad a través del canal y el trazado del ferrocarril.
El crecimiento demográfico y de empleo que acompaña al desarrollo de ENASA en Madrid, vuelve a reproducir la respuesta, por parte de una empresa ahora estatal, de alojamiento en forma de poblado modelo para directivos y obreros. Ciudad Pegaso es un ejemplo de gran interés urbanístico y arquitectónico que merece la mayor de las protecciones para preservar su singularidad histórica.
No parece descabellado relacionar el urbanismo utópico industrial con los mandatos esgrimidos por el falangista Raimundo Fernández Cuesta a la hora de definir la "ciudad del movimiento". Ciudad Pegaso pretende reflejar una situación ideal tornada en utopía de una sociedad regenerada que se encaminaba a celebrar los XXV años de "paz" en armonía bajo la égida del dictador. Los planteamientos del socialismo utópico y de los preceptos del fascismo hispano convergen en un proyecto urbano único en España para constituir una comunidad vivencial autárquica, aislada y armónica. Sus habitantes eran todos trabajadores de la Empresa Nacional de Autocamiones y todos formaban parte de un complejo orgánico que dictaba sus vidas. Las relaciones laborales se trasladaban al lugar donde vivían con arreglo a la categoría que ostentaban. Vivian en zonas separadas, en casas diferenciadas y con lugares de ocio diferentes. Aunque la separación residencial no era física, sobre todo tras la construcción de la segunda fase, si existía una frontera real que separaba unos de otros. Unos contaban con la llamada "residencia de ingenieros" como lugar de encuentro y esparcimiento (piscina, cancha de tenis, salones), otros con los locales y zonas de ocio del "Grupo de Empresa". Unos y otros no compartían más espacio común que la parroquia de San Cristóbal, ni siquiera el denominado "Grupo Escolar" (posteriormente Colegio Nacional Ciudad Pegaso) pudo aunar entre sus paredes a todos los niños en edad escolar del barrio, las aulas quedaron casi exclusivamente para los hijos de uno de los grupos, los otros decidían llevar a sus hijos a otros colegios. Con tal panorama, no es de extrañar que esta diferenciación orgánica se reprodujese en los hijos.
El urbanismo como medio de integración y discriminación cobra en Ciudad Pegaso como en su homónimo de Puertollano su más perfecta expresión al trasladar al poblado el sistema jerárquico existente en el interior de la empresa, con viviendas diferenciadas según la escala laboral de las personas que la habitaban y llevando este carácter clasista al acceso a los servicios deportivos y residenciales.
Este breve acercamiento a la realidad socio urbanística que define a la Ciudad Pegaso nos permite presentar un escenario singular y extraordinario referido a las experiencias colectivas vividas por sus habitantes durante la transición y la liquidación del régimen franquista. Durante ese periodo, la emergencia del cambio político conformado con la mayor de las evidencias como un conflicto laboral podía haber convulsionado violentamente el sistema social y el orden imperante en el barrio, pero no fue así.
No es difícil imaginar la peculiaridad de la convivencia durante el periodo histórico referido. Se dió la circunstancia, por ejemplo, de compartir espacios de uso residencial los mismos individuos que compartían un espacio laboral en el mismo centro de trabajo. Relaciones laborales y residenciales eran compartidas por individuos que se caracterizaban, por ejemplo, por su vinculación al inicialmente ilegal movimiento sindical y político de izquierdas con responsables del sindicato vertical, por huelguistas y activistas con esquiroles y confidentes, o por personal directivo con la masa obrera a su cargo. Situaciones todas que nos podían hacer pensar en el hecho de cómo no estalló todo cual potente y destructiva bomba.
El control social y político se practicó en el espacio urbano del barrio desde la introspección y la observante coerción interna que cada trabajador ejercía para la conservación de una óptima situación laboral y familiar. El despido disciplinario, en una época sin plenos derechos laborales, corría parejo a la requisición de la residencia. Si este control personal no era suficiente, un cuartelillo de la Guardia Civil situado en la Plaza de San Cristóbal y cuyo destacamento velaba supuestamente por la seguridad del barrio pero cuyo objetivo era más bien otro muy diferente, se encargaba de mantener el orden establecido. En la sección sobre la memoria se pretende sistematizar todas las experiencias y aportaciones recibidas para formalizar un estudio sobre esta trascendental experiencia histórica colectiva.
 
Disposición urbanística y diseño arquitectónico
Ciudad Pegaso se construyó en dos etapas, la primera en 1956 con la edificación de 589 viviendas, las redes de infraestructuras (alcantarillado, abastecimiento de agua y jardinería), así como los locales comerciales y recreativos, y un edificio porticado destinado a servicios generales de la urbanización. La segunda etapa comenzó en 1960, en la que se construyeron 738 viviendas, nuevos locales comerciales y deportivos.
Ciudad Pegaso
A todo en el barrio se le anteponía el nombre de Pegaso: Grupo Escolar Pegaso, Grupo de Empresa Pegaso, Piscina Pegaso, Cine Pegaso, Ateneo de Pegaso, Club Deportivo Pegaso, Ciudad Deportiva Pegaso. Un luminoso colocado a la entrada y visible desde la autopista de Barcelona y del Aeropuerto anunciaba a todos los que por allí pasaban que existía un barrio así llamado, y por si no fuera suficiente tanta evidencia, bajo el rótulo de color azul de Ciudad Pegaso aparecía en color verde otro en el que se leía Poblado de ENASA, junto a ambos una estatua de San Cristóbal, patrón de los automovilistas y camioneros, presidia la fachada para mayor aviso de todos. El nombre de la empresa se hace omnipresente para todos los vecinos.
/ciudadpegaso/chalets_directivos.jpgCiudad Pegaso se distribuye sobre el plano en 11 calles paralelas en sentido este - oeste y 7 avenidas que discurren de norte a sur. Existen dos grandes plazas, la de San Cristóbal donde se localiza la parroquia y los llamados soportales, y la Plaza Mayor, que recibe hoy el sobrenombre de plaza Mayor de Ciudad Pegaso, durante un tiempo llamada de Rejas, para no coincidir su denominación con la otra plaza mayor de Madrid. Los nombres que reciben las calles y avenidas son números que el uso popular ha convertido en cardinales para las calles y ordinales para las avenidas. En estas últimas incluso se antepone, a la manera anglosajona, la cifra a la vía, así la llamada Avenida Cinco se convierte con este acervo en el neoyorquino nombre de "Quinta Avenida".
Es precisamente la Séptima Avenida donde se localizan los llamados chalets de directivos (ver foto superior izquierda) y la residencia de ingenieros así como en su parte final el Colegio y la desaparecida Ciudad Deportiva donde se ubicaba el campo de futbol del Club Deportivo Pegaso. Esta vía es la más tortuosa y aislada del barrio dada la separación física con el resto del barrio que representaba la antigua vía férrea destinada al abastecimiento de combustible del cercano aeropuerto
Las viviendas destinadas a mandos intermedios se sitúan en las calles Uno a Cinco localizándose alrededor de la plaza de San Cristóbal y su edificación central porticada donde están los locales de servicio comunitario (consultorio médico, grupo de empresa, ateneo, un bar y otros locales comerciales). En la foto de la derecha puede comprobarse su tipología exterior como construcción pareada en bloques de cuatro viviendas a dos alturas.
Un segundo tipo de viviendas con jardín independiente y pareadas se localiza entre las calles Ocho y Nueve así como en el final de la segunda avenida.
Los pisos asignados inicialmente al resto de categorías laborales si sitúan en el espacio comprendido al sur de la calle Seis hasta la calle Once incluyendo las avenidas Quinta y Segunda alrededor de la Plaza Mayor donde se localizan el edificio exento del Cine Pegaso (actualmente Centro Municipal de Mayores) y se sitúan los locales de abastos incluido el viejo Economato Laboral del Instituto Nacional de Industria. Estas viviendas presentan dos tipologías correspondientes a la primera fase de construcción y otras dos de la segunda fase.
Ciudad PegasoEn la fotografía derecha podemos apreciar el curioso diseño de los bloques correspondientes a la segunda fase (calle Seis, calle Ocho y Quinta avenida), el acervo popular han relacionado equivocadamente esa peculiar disposición de las construcciones con determinados símbolos del Movimiento o de la Organización Sindical queriéndose apreciar en el conjunto que forman los bloques altos y las avenidas una especie de yugo y flechas, y en los bloques de las avenidas segunda y quinta algo parecido a repetidas estructuras cruciformes. Efectivamente, la disposición de estos últimos recuerda a la cruz potenzada, con forma de T, roja de la OJE (sección juvenil del partido único franquista) mientras que los bloques más elevados en altura tienen una disposición de repetidos retranqueos sobre la línea natural marcada por la calle que ha podido ser el causante de las interpretaciones apuntadas.